Ciudad de Guatemala, 25 jun (AGN).- El Mundial de Clubes 2025 dejó al descubierto una dura realidad para el fútbol argentino a nivel de clubes: Boca Juniors y River Plate, los dos gigantes históricos, quedaron fuera en la fase de grupos, firmando un fracaso rotundo que encendió las alarmas en el continente. Mientras Brasil manda con autoridad, Argentina sufre un golpe de humildad que no se puede disfrazar.
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Boca Juniors y River Plate fracasan en el Mundial de Clubes
No hay duda que ni Boca ni River estuvieron a la altura. El Xeneize se despidió sin triunfos, sin goles y sin respuestas, dejando una imagen pobre, sin identidad y muy lejos del nivel que alguna vez lo llevó a lo más alto. Por su parte, River llegaba con mejores expectativas, pero cayó en el partido clave ante el Inter de Milán, que le arrebató el boleto en la última fecha del grupo. Los dos colosos se desmoronaron cuando más se necesitaba carácter.
Este doble tropiezo no es casualidad, es el reflejo de un ciclo que viene arrastrando falencias: malas gestiones, planteles poco competitivos y una brecha que se agranda con cada torneo internacional. Mientras en Brasil los equipos se arman con jerarquía, invierten y compiten con ambición, en Argentina parece que se vive más del recuerdo que de un presente sólido.
Esto se refuerza luego de que tanto Palmeiras, Botafogo, Fluminense y Flamengo se instalaron en los octavos de final, luego de plantarles cara a los mejores equipos del mundo. Dominaron sus grupos, compitieron sin miedo y se perfilan como candidatos serios al título. La diferencia entre ambos países ya no es sólo futbolística, es estructural.
El fracaso de Boca y River no se puede maquillar. Es un llamado de atención para todo el fútbol argentino, que necesita reinventarse si quiere volver a ser protagonista a nivel mundial.
Estos fuerons sus resultados en el Mundial de Clubes:
Boca Juniors sumó 2 puntos y una diferencia de goles de -1.
Por su parte, River Plate sumó 4 puntos y una diferencia de cero goles.
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